La Presidenta y Los Siete Regidores

Últimamante la población está informada en cuanto a lo que pasa en nuestro municipio, es un orgullo escuchar cuando te preguntan si tu escribes en tal o cual medio de comunicación y te aseguran que estás vendido ante el gobierno, pero más orgullo es cuando sabes que estás haciendo algo para cambiar las cosas. Y todavía más orgullo cuando se ponen el saco y les queda a la perfección; quiere decir que la verdad se ha dicho.
Durante la sesión de cabildo del lunes 31 de octubre pude notar la molestia de todos en cuanto a lo que se dice en el medio impreso "La Voz de Tlaxco" y en la Revista Virtual "Carro Gris". Algunas personas del otro grupo me decían que nuestro "medio está vendido con el gobierno de Rosalinda Muñoz", incluso se notaba su desconfianza, pero me dejaron estar dentro de su muy privada reunión; fueron tolerantes, contrario a lo que piensa de ellos Rosalinda Muñoz y Tiburcio Quiroz.
Ya dentro de la calle donde se realizó el Cabildo también pude notar la molestia pero del otro bando, del bando de las autoridades, a las que siempre he criticado y lo seguiré haciendo a pesar de que se moleste el Coordinador de Salud, de Protección Civil, de Turismo, de Educación, el Tesorero y el Secretario, incluso la Presidente. Con su molestia quiere decir que el objetivo de los medios (no el de provocar corajes ni que se pongan el saco) se está cumpliendo poco a poco.
El objetivo de los dos medios de comunicación antes dichos es que el puebo se informe, que tenga conocimiento de lo bueno y lo malo, de lo que pasa y no pasa, de lo que se decidió y lo que no se decidió, de todo lo que se pueda informar y se informa. El objetivo es que los tlaxquenses estén concientes de lo que pasa y sepan que Tlaxco está en una de las peores situaciones de su historia, ya que las inversiones que llegan no ayudan al progreso, los proyectos no benefician a los tlaxquenses, las decisiones políticas solo sirven para enfrentar, la cultura se echa a perder y todo anda mal a pesar de lo que nos hagan creer.
En el cabildo ya citado se pudo observar mucha indiferencia, falta de tacto e inteligencia para tratar al pueblo por parte de nuestras autoridades. Demostraron que no le tienen cariño al pueblo, no tienen voluntad para gobernarlo, ningún deseo de verlo progresar y tampoco ganas de hacerlo crecer. Están sólo para cobrar esos favores gratificantes que la política y el pueblo da en forma de dinero y poder.
Es una presidente que no tiene idea de lo que es servir al pueblo, no sabe que está rodeada de gente con necesidad de justicia, no tiene idea de que su trabajo es dialogar, gestionar y ayudar. No sabe nada porque lo demuestra en cada paso que da, ni siquiera es capaz de rodearse de gente capaz para que la asesore.
Son siete regidores los que la contemplan, sumisos y maleables, alineados y enajenados a un solo objetivo: Dinero. Uno de ellos era su principal asesor, aquél día en Buenavista ni se levantó para dirigir la palabra, porque seguramente sabía que ese Cabildo estaba mal y que ni siquiera estaba planeado, o si lo sabía pasó a formar parte de esos ignorantes integrantes del cabildo. Los otros seis regidores, dormidos y siempre sonrientes, creyendo que dirán y no dicen nada, estaban callados y esperando que les preguntaran si votan o no.
Esta historia es más sorprendente porque hablamos de una Presidente Municipal de Tlaxco con profesión, que se supone haría las cosas mejor o mucho mejor, pero nunca peor. Hablamos de un cuerpo de regidores que estaría pendiente y razonaría todo lo que pasara en sus manos, pero ya vimos que con poco maiz los pollos tragan.
Los presidentes de comunidad: fácilmente maleables.