Por Jorge Esteban López García
Caminando con su huipil en "La Noche que nadie Duerme", acompañada por sus amigos y vecinos de Huamantla; protegida por esa gente que tanto la quiere. Siempre con un discurso claro y preciso. Heredera política del viejo PRI, alumna de esos priistas que poco a poco se han ido. Colega de los que hablaron de una nueva institución política que llevaría al país a ser potencia mundial; camarada y cómplice de Salinas de Gortari. Socia constructora de ese partido que tramposamente lleva los colores de nuestra bandera nacional y socia testimonial de su destrucción.
Beatriz Paredes Rangel tiene un discurso fundado en la vieja ideología priista, construido en base a suculentos conceptos que siempre la hacían aposento de flores y elogios del pueblo: "¡Oh! Qué mujer tan brillante e inteligente. Sus ideas son dignas de un gobernante."
Pero ésto de nada sirvió. No pudo contra la imagen locuaz y absurda de una "influencer" que quiso imitarla con su huipil. No pudo contra lo atractivo de la actualidad: Lo vulgar y simple. Xóchitl Gálvez le quitó la oportunidad de ser la primer presidente de México y la primer tlaxcalteca en ser candidata a gobernar el país y tal vez gobernarlo.
Su discurso bien fundado, articulado y con esas palabras rimbombantes del extinto PRI, no lograron convencer a esos que fueron sus socios, cómplices, camaradas de partido (y que permitieron que una mujer ocurrente y lépera le quitara esa última oportunidad), de ser la candidata a la Presidencia de la República.
El ideal de su partido es el mismo que la primer gobernadora de Tlaxcala tiene. Es el que quiso usar para convencer a millones de mexicanos para que la voltearan a ver y la pusieran frente a miles de posibles votos. Es el que habla de construir un país justo y en donde todos salgan beneficiados. Es el mismo ideal que tiene a un grupo selecto de ciudadanos en la opulencia y a otro grupo mayoritario en la pobreza, de la que quieren sacar para colocarlo en la Clase Media (es raro, la huamantleca también apoya la idea de desaparecer a los pobres y hacerlos pobres de clase media y como hay clase media, entonces la hay alta y la hay baja...)
Entonces, volviendo a la verdadera señora del huipil, de la que admiro su discurso como admiré el de Muñoz Ledo, admiro el de Cevallos, de Noroña, de Pablo Gómez, de Obrador, etc., hoy me decepcionó que no se hizo esa autocrítica que alguna vez le exigió a su partido para volver a la silla presidencial, me decepcionó que no fue capaz de aceptar que la han ido relegando del partido que ella ayudó a fortalecer. Sólo aprobó el nuevo discurso y la nueva manera de hacer "política" del nuevo PRIAN.
Aún así admiro esa autoridad moral, que lleva en el huipil y en las canas que ya la hacen una senadora romana: Sabia y con capacidad de gesticular una negociación sin hacer tanto escándalo. Desgraciadamente esta sutil manera de hacer política le falló para la elección que viene.
"No le suban al volumen. Tengo la voz fuerte. Así me pueden escuchar. Por favor."
No hay comentarios.:
Publicar un comentario