El Grito y el Grito y el Grito se oyó por todo el pueblo, sangrando en horrores de tequila una noche tan poco común en la que lo último que le queda al ayuntamiento de dinero se está gastando en este tipo de eventos masivos que a veces son mal aprovechados. Salió el mariachi Águilas de México, la Ruiseñor, el Grito, un grupo de niños y los funcionarios respectivos dando sus mensajes, para terminar en un evento que nadie sabía de su existencia y que por lo mismo la plaza se vació. La Banda Diamantes de Sinaloa abrió su participación con las tradicionales canciones y provocó los aplausos de la poca gente que allí estaba. A pesar de ese poco auditorio, funcionó todo, dejando a unos en el suelo a otros en las bancas a otros en los árboles, en la fuente, en el quiosco, en los separos, etc., pero es de resaltar que para el gobierno municipal fue un éxito, se despidió embriagando al pueblo de diversión y dejándolo con el grito de: ¡Tenemos hambre!
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