Por Jorge Esteban López García
Ya iniciaron los ataques contra la administración de Silvestre Velásquez Guevara y todo su gabinete, sobre todo para Serafín Balderas, Miriam Gutiérrez y Alfonso Torrejón. En mensajes anónimos de muy mala calidad, que aterrizan por debajo de las puertas, se indica el malestar de un pueblo hambriento pero miedoso de hablar, de dar la cara para exigir lo que es suyo.
Es una pena que se tengan que hacer las cosas de esta manera, es muestra de que hay miedo a cualquier tipo de ataques a la libertad de expresión y a la misma vida. Pero esto no es justificación para que exista confusión entre el pueblo al no saber el nombre de la fuente de información. Lo que se exprese con las formas artísticas, haciendo parodia de personajes o burlándose de ellos, no quiere decir que sea verdad todo lo que se dice. Sólo en esos momentos se permite el anonimato, porque se expresa lo que el pueblo dice de voz en voz, pero no se habla de una verdad sobre lo expresado.
Ya es hora de que las personas que hacen estos comentarios, afirmando muchas cosas, digan quiénes son o por lo menos dejen un mensaje expresando que no somos nosotros. Ya es hora de que si se quiere decir algo lo firmen, porque nosotros no nos hacemos responsables de lo dicho allí.
Obviamente hay un descontento con nuestro actual presidente municipal y con todo su gabinete, y es más que notable la forma incorrecta en que ha llevado a cabo su administración. Gastando dinero en proyectos que de por sí ya se tenían planeados pero que nunca se terminaron en este período a causa de gastos inexplicables, pues cómo es posible que el mercado no se ha terminado si desde Santiago está el proyecto y con Muñoz ya estaba el recurso. Cómo es posible que el Rastro no se haya terminado si pasó lo mismo que con el Mercado.
No es necesario dejar escritos anónimos para lo que ya se sabe, es más que obvio. Y si se hace, hay que hacerlo sin comprometer a terceros, pues con los antidemocráticos Arnulfo Velásquez y Francisco Ibáñez no sabemos lo que nos pueda pasar.
Es una pena que se tengan que hacer las cosas de esta manera, es muestra de que hay miedo a cualquier tipo de ataques a la libertad de expresión y a la misma vida. Pero esto no es justificación para que exista confusión entre el pueblo al no saber el nombre de la fuente de información. Lo que se exprese con las formas artísticas, haciendo parodia de personajes o burlándose de ellos, no quiere decir que sea verdad todo lo que se dice. Sólo en esos momentos se permite el anonimato, porque se expresa lo que el pueblo dice de voz en voz, pero no se habla de una verdad sobre lo expresado.
Ya es hora de que las personas que hacen estos comentarios, afirmando muchas cosas, digan quiénes son o por lo menos dejen un mensaje expresando que no somos nosotros. Ya es hora de que si se quiere decir algo lo firmen, porque nosotros no nos hacemos responsables de lo dicho allí.
Obviamente hay un descontento con nuestro actual presidente municipal y con todo su gabinete, y es más que notable la forma incorrecta en que ha llevado a cabo su administración. Gastando dinero en proyectos que de por sí ya se tenían planeados pero que nunca se terminaron en este período a causa de gastos inexplicables, pues cómo es posible que el mercado no se ha terminado si desde Santiago está el proyecto y con Muñoz ya estaba el recurso. Cómo es posible que el Rastro no se haya terminado si pasó lo mismo que con el Mercado.
No es necesario dejar escritos anónimos para lo que ya se sabe, es más que obvio. Y si se hace, hay que hacerlo sin comprometer a terceros, pues con los antidemocráticos Arnulfo Velásquez y Francisco Ibáñez no sabemos lo que nos pueda pasar.
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