La posmodernidad se puede definir como una forma de pensar basada en criterios propios de pensar, es decir, se duda de la existencia de la uniformidad de pensamientos o de la existencia de uná sola verdad.
Desgraciadamente hay una concepción errónea de la posmodernidad que invita al "todo se vale", provocando conflictos dogmáticos y enfrentamientos entre los diferentes pensamientos. También se considera como efecto de esto el famoso nihilismo, definido por la falta total de creencia a algo y de sentido a la vida. Y también hay la positiva, que merece el análisis de grandes pensadores. Pues es la que defiende los pensamientos, rituales, formas de vida y cultura en general de los diferentes grupos culturales, tribus, pueblos, ciudades, países, etc., que habitan el mundo.
Afectadas por estas formas de pensar, las juventudes son víctimas sobre todo de la forma negativa, causándoles depresiones y enfrentamientos por su propia existencia, orillándoles a tomar decisiones involuntarias. Estas son por cualquier pequeño detalle o por causas injustificadas, basadas en ejemplos mediáticos o falta de reflexión y conciencia.
Muy complejos son estos temas, pero son importantes para estos tiempos, en donde los jóvenes están siendo afectados por la intolerancia y violencia desmedida, ya sea mental o física. Afectados por los medios de comunicación y los llamados grupos artísticos vacíos de contenido educativo para la vida. Agredidos por el contexto político-económico del mundo, en donde es difícil adecuar un pensamiento y una forma de ser propias. Orillados a ser algo que no es posible ser nunca y, por lo mismo, encontrarse con que no vale la pena vivir.
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