El Imparcial*
Centenaria
26 de julio de 1910
Según nuestro colega 
El Economista Mexicano,durante el último ejercicio fiscal ingresaron al Erario $49.244, 526. 20, como producto de derechos de importación, contra $39.467,657.17 á que ascendió lo recaudado en el año inmediato anterior. Comparando ambas cifras, se obtiene en favor del primero un aumento de cerca de 10 millones de pesos.
La verdad es que los datos consignados patentizan por sí solos que la  última crisis económica que tan sabia y prudentemente sorteó el  Gobierno, ha terminado. La reacción se indica de manera harto  satisfactoria, y quizás no nos equivoquemos al decir que más pronto,  mucho más pronto de lo que ordinariamente tarda un país en reponerse,  después de un largo periodo de dificultades y quebrantos, México habrá  recobrado toda su pujanza como nación en pleno desarrollo.
Pasada la crisis, no podrá ya negarse –porque la prueba ha sido  demasiado dura– que las bases de nuestro desenvolvimiento comercial é  industrial, son realmente sólidas y que la gestión financiera del  Gobierno es de aquellas que se fundan en la correcta estimación del  medio y las circunstancias.
Así, vemos que lejos de resultar fallidos los cálculos de la  Secretaría de Hacienda, que fijaba un ingreso probable por derechos de  importación, de 43 millones en números redondos, el rendimiento efectivo  superó en más de 5 millones esa cantidad.
En resumen, puede afirmarse que la crisis se aleja á gran prisa, pues  las cifras expuestas son testimonio irrecusable de mayor desahogo entre  los consumidores y de mayor confianza en el comercio.
Una obra de caridad
Esta semana deben reunirse algunas damas distinguidas  para tratar de un asunto que será un nuevo prestigio para las próximas  fiestas del Centenario.
Se quiere socorrer á la infancia pobre; en días de regocijo nacional,  las caras infantiles deben aparecer también radiantes; y las  distinguidas damas á quienes nos referimos, no sólo en el buen aspecto  de las caras han pensado si no también en el de los cuerpos.
Quieren las damas mexicanas regalar vestidos á 4 ó 5 mil niños  pobres, para que, durante las próximas fiestas patrias, de fiesta vistan  ellos también y sea unánime la alegría en fecha tan memorable.
*Se publicó de 1906 a 1917
http://www.jornada.unam.mx/2010/07/26/index.php?section=opinion&article=037o1cap 
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