A SILVESTRE VELAZQUEZ

La huesuda del espacio
Corriendo con diligencia
Por la puerta del palacio
Se metió a la presidencia

Rechinando su osamenta
Con una voz de ultratumba
Llegó con el presidente
Que al mirarla se derrumba.

Dijo la parca al preciso:

¡ No te me espantes gordito !
Que pendiente hay una cuenta
Tu prometiste todito
Y no hay nada, me doy cuenta;

Los muertos y sus parientes
Saben que todo fue un fiasco
¿A donde quedó el progreso
y avanzar primero Tlaxco?

Tembloroso balbuceaba,
Y la huesuda insistente
Ya del cuello lo agarraba
Llevándolo complaciente

Cuentan los que la miraron
Que lo envolvió entre su manto,
Y que sus huesos tronaron
Al entrar al campo santo.