20 junio 2008

Culturas y Futbol

Por Jorge Esteban López García
Es común escuchar o leer comentarios sobre el futbol relacionándolo con la cultura de un pueblo. México no está excento, Juan Villoro se dedica, además de escribir, a comentar, analizar y reflexionar sobre el fenómeno de este deporte. En sus cuentos, ensayos, artículos de opinión y en su discurso, es muy probable que aparezca por lo menos la palabra. Para él y todos aquellos intelectuales interesados en la temática, se refleja en la cancha lo que es la cultura de un pueblo. Alemania, por ejemplo, nunca deja de luchar por el balón a pesar de ir ganando por una gran diferencia. Argentina siempre quiere sobresalir en un deporte que por historia y orgullo han hecho suyo. Los brasileños sólo se divierten jugando, en mundial o no, sólo juegan y lo hacen de una forma rítmica. Los españoles, por lo regular juegan bien, pero su sentido de estabilidad y encuentro con lo que pueda suceder, los hace esperar lo que venga. Inglaterra tiene un juego técnico, como máquinas o relojes bien programados. Holanda, es una combinación de modernidad con todos los futbol del mundo, además de permitir todo mientras sea coherente con un sistema de juego libre. México, pues sabemos lo que sucede con nuestro país, esperando el milagro de Dios y cobrando millones por esperarlo.
Todo esto se relaciona al partido de Croacia-Turquía, en el que los turcos mostraron el desarrollo de una cultura milenaria, la historia que los lleva a realizar grandes luchas, la mentalidad de nunca dejarse ver muertos sin antes haber dado la última patada. Los orientales son así, considerados --egipto-- como las primeras culturas "civilizadas" y que mantuvieron grandes estructuras de poder. Todo esto deja una genética que se nota en Irak, Afganistán, Irán, Líbano, etc., pueblos que resisten todo desde una cultura bien arraigada.
Lucha que no se hizo en México, pues los españoles acabaron con la mayoría de razgos prehispánicos. La sincretización acá, aunque no deja de ser rica en expresiones, mantuvo muy poco de nuestros orígenes. Lo contrario a unos turcos que demuestran ser guerreros no sólo en la guerra, sino también en las demás labores de la vida.
Del futbol se pueden aprender cosas maravillosas, como Bertrand Russell dijo, "necesitamos de este tipo de eventos para explotar toda nuestra naturaleza violenta positivamente y sin hacernos daño."

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