Por Carlos Montemayor
1947-2010
La violencia de Estado  agravia a la sociedad. Es insultante que la policía y el ejército, que  debían servir de custodios de la libertad, priven precisamente de la  libertad a ciudadanos inocentes e inermes. Agravia que el Ministerio  Público, que debe asegurar la procuración de la justicia, pisotee los  derechos de los ciudadanos. Se agravia a la sociedad cuando los jueces  encarcelan, procesan y condenan injustamente en vez de fungir como  garantes de la justicia en la sociedad entera. Es el mayor agravio que  las autoridades políticas repriman y dejen una estela sangrienta en la  sociedad a la que debían servir, proteger y salvaguardar. Estos agravios  son injustificables en la conducta del ejército, cuerpos policiacos,  jueces y autoridades políticas en los casos aberrantes de desprecio a  los derechos humanos y civiles de los campesinos, carpinteros,  profesores y regidores Loxichas aprehendidos en el año 1996 y que en  2008 siguen defendiendo su dignidad e integridad moral y social. No hay  justificación ni dignidad en ninguna autoridad cuando la violencia de  Estado se vuelve contra la sociedad misma.
http://www.jornada.unam.mx/2010/03/02/index.php?section=opinion&article=a08a1cul 
 
 
 
 
 
 
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