Pedro Silva Meneses, oriundo de San Jerónimo Zacualpan, Tlaxcala. Foto: El Sol de Tlaxcala.
El Sol de Tlaxcala
3 de mayo de 2010
Rafael Meza
Tlaxcala, Tlaxcala.- En la batalla del dos de abril de 1867, miles de mexicanos acompañaron a Porfirio Díaz en la disputa contra el ejército francés, el cual sería derrotado y Díaz pasaría a la historia como el "héroe" de esa lucha armada, lo que después le llevaría a la silla presidencial.
Sin embargo, muchos otros héroes estuvieron presentes: campesinos que dieron su vida a una causa: la libertad; esos héroes que no tienen su nombre escrito en letras de oro, a los cuales no les ofrendan flores ni honores, pero que sin ellos la victoria no se habría alcanzado.
Uno de estos héroes, hasta hoy anónimo, es don Pedro Silva Meneses, nacido el 30 de mayo de 1843 en lo que hoy es el municipio de San Jerónimo Zacualpan, Tlaxcala.
"Cuando participó en la batalla del dos de abril él tenía 21 años", asegura José González Meneses, su bisnieto, quien menciona que en el tiempo de su madurez nunca solicitó apoyo del Gobierno hasta que ya no pudo sostener el arado para trabajar sus tierras, fue cuando acudió a la Secretaría de Guerra y Marina a fin de que le consideraran una pensión de acuerdo a sus méritos, esa pensión fue otorgada en el año de 1926; este acontecimiento tuvo un impacto que se reflejó en los medios informativos, pues el diario Universal publicó una nota el martes 8 de junio de 1926.
"Don Pedro Silva Meneses, superviviente de la batalla del dos de abril que fue pensionado", señala el diario.
Dos de abril de 1867
El historiador e investigador Armando Díaz de la Mora reseña el acontecimiento del dos de abril: "Al inicio del año 1867 el llamado Segundo Imperio o de Maximiliano entró en una etapa de franco declive, motivado básicamente por el tres de febrero, cuando salieron de México las últimas tropas francesas que dejaban al emperador sostenido por sus ya mermadas fuerzas que intentó reorganizar el general Miguel Miramón".
El trece del mismo mes de febrero -agrega- sale de ciudad de México rumbo a Querétaro, donde se esperaba reorganizar y fortalecer su posición a través de las tropas al mando del ya citado Miramón, así como de los generales Márquez, Mejía y Méndez. Es necesario considerar que además de la propia ciudad de Querétaro, las de México, Puebla y Veracruz aún estaban bajo el control del gobierno imperial.
Muy pronto las tropas republicanas (podemos decir también liberales) comenzaron el sitio a Querétaro; por lo que el emperador, en una acción desesperada, ordenó a Leonardo Márquez dirigirse a la capital mexicana en busca de recursos para sostener la defensa ante la ya crítica situación que comenzaba a prevalecer.
De alguna manera Márquez logra burlar el cerco y llega el 27 de marzo a ciudad de México, enterándose de inmediato que el General Manuel Noriega, jefe de las fuerzas imperiales en Puebla, tenía dificultades para sostener la posición en la tradicionalmente conservadora ciudad de Puebla.
Así, desobedeciendo las órdenes iniciales, se dirige hacia la capital del entonces departamento poblano, en una acción que culminaría en un gran fracaso y que marcaría el rumbo de los acontecimientos para los siguientes meses.
Simultáneamente, el general republicano Porfirio Díaz Mori, comandante del Ejército de Oriente, se encontraba en Huamantla -asegura Díaz de la Mora- organizando a las tropas para atacar precisamente a Puebla, y al enterarse del despliegue de Márquez se dirige de inmediato hacia aquella ciudad, atacando la plaza, con una tropa en la que estaban aproximadamente dos mil tlaxcaltecas de las armas de caballería e infantería, bajo las órdenes de los generales Rodríguez Bocardo y Doroteo León.
Reconoce el investigador que se tienen datos de que los tlaxcaltecas fueron los que tomaron el zócalo y echaron a vuelo las campanas de la catedral, para que finalmente don Porfirio entrara donde lo esperaban las tropas de Tlaxcala, entregándole la plaza ya recuperada para la causa republicana.
Además de los citados generales -continúa-, se ha logrado rescatar información de algunos de los integrantes de jefes y oficiales: Coroneles Anastasio Roldán, Pedro Lira, Juan Mendieta y Vicente Nava.
Teniente Coronel: Ignacio Manzano y Miguel D. Fierro, Mayor: Antonio Sánchez Azcorra, Juan Herrera y Plutarco Montiel, Capitanes: Manuel Sánchez Azcorra (en cuya casa se comenzarían a reunir los opositores al régimen porfirista 29 años después, es decir, un republicano a carta cabal), Próspero Cahuantzi, José María Sánchez Azcorra, Francisco Picazo, Patricio Espinosa, Sotero Briones y Cayetano Xicohténcatl.
Tenientes: Domingo Quintero Marmolejo, Donaciano Gutiérrez, Adelaido Cardona, Tomás Fierro, Pedro Mendieta, Mariano Zepeda, J. Carmen Salamanca e Hipólito Sánchez Azcorra.
Subtenientes: Casimiro Vereo, Tito Zaragoza, Eduardo Riquelme, Ignacio Corona, José de Jesús Orenzoro, Rafael y Pedro Rosas y Pablo Guerrero.
Afirma que, por supuesto, que esta pequeñísima lista es eso, muy pequeña, pero de manera lamentable no se tienen más datos disponibles para recordar y reconocer a los cientos de tlaxcaltecas que lucharon por el restablecimiento de las instituciones de nuestro país en este periodo tan crítico.
Reconocimiento al mérito
Nosotros, los descendientes de este soldado republicano, deseamos que con todos estos antecedentes en la lucha social se difunda y se le reconozca a este abuelo nuestro, indio de buena cepa, originario de San Jerónimo Zacualpan, enfatiza José González Meneses.
Que el pueblo tlaxcalteca, las autoridades civiles y militares -añade- sepan el heroísmo de estos valientes soldados tlaxcaltecas que participaron en la batalla del dos de abril, y que en aquel entonces, con su participación, acabaron con los mejores soldados franceses que quisieron, a través de Maximiliano, gobernar a México.
En diciembre de 1867 Benito Juárez decretó la expedición de medallas con la leyenda: "Vencieron a los defensores de Puebla, dos de abril de 1867". Por otra parte, se expidieron por parte del Gobierno de Tlaxcala diplomas en reconocimiento a los que lucharon en esta importante batalla.
Mi bisabuelo fue condecorado por Porfirio Díaz con una medalla del premio al valor que decretó el presidente Benito Juárez. Por otra parte, también fue condecorado con una medalla por el señor gobernador de Tlaxcala, Miguel Lira, enfatiza.
Las medadas y reconocimientos aún las conserva la familia.
José González, seguro del heroísmo de su bisabuelo, expresa que "pedimos a las autoridades de todos los niveles de gobierno que tengan conocimiento de estos héroes que lucharon por la libertad y justicia del México y Tlaxcala, la cual hoy vivimos; tenemos documentos originales que podemos mostrar en cualquier momento de nuestro bisabuelo don Pedro Meneses, que tuvo el grado de sargento 1ro. de infantería en la batalla del dos de abril".
"Y así como él, quisiéramos saber de todavía muchos tlaxcaltecas que pelearon en esa batalla", añade.
José González Meneses puntualiza que "para mí significa un orgullo, sobre todo por el origen humilde, de la valentía, de la causa por la que peleó y por lo que luchó para que estas generaciones gocemos de libertad a través de nuestras constituciones que han sido conquista de las luchas sociales".
De origen campesino -continúa-, siempre labró sus pequeñas propiedades, y hasta la fecha las siguientes generaciones de este valiente soldado continuamos trabajando la tierra con el ejemplo que nos dejó nuestro bisabuelo don Pedro Meneses.
Reflexiona antes de continuar y finaliza apuntando que "don Pedro Meneses fue el tronco de una familia de luchadores sociales, otros familiares participaron en la revolución mexicana, y nosotros seguimos su ejemplo trabajando honestamente y por causas sociales".
Más de un héroe
El dos de abril, específicamente del año 1867, es una fecha importante para Tlaxcala que debiera conmemorarse cada año, pero que lamentablemente (como en muchos otros acontecimientos) ni siquiera se sabe lo ocurrido o está distorsionado por la ligereza que caracteriza a la investigación de nuestra entidad, expresa Armando Díaz de la Mora.
El General Porfirio Díaz fue conocido durante muchos años como "el héroe del 2 de abril". Son indudables su mérito, su arrojo y su valor en el campo de batalla; pero no fue el único que combatió al ejército francés, a su lado lucharon otros hombres igual de valientes y destacados.
Es importante traer al presente a aquellos otros que combatieron junto con Díaz, como don Pedro Meneses, oriundo de San Jerónimo Zacualpan, y muchos más que también deben ser llamados "los héroes del 2 de abril".
http://www.oem.com.mx/elsoldetlaxcala/notas/n1618770.htm
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