15 enero 2011

Una solución desalentadora

Hasta el día de ayer 14 de enero antes de las 12:00 de la media noche, las puertas del Palacio se mantuvieron cerradas por los trabajadores del ayuntamiento. A pesar de las promesas, compromisos, demandas y demás acciones que tomaron los dos bandos (Trabajadores y Amigos de Manuel), el problema no se resolvió.
Por decisión de la mayoría de trabajadores de confianza y algunos de base, fueron a manifestarse a la casa de Manuel Sosa Salinas, pidiéndole diera la cara. Pero a los pocos minutos de que llegaron, fueron retirados por la Policía Estatal, además de que nunca salió Manuel.
Después de este evento no exitoso, la explanada del parque se volvió a ver con el grupo de manifestantes, quienes ya tenían encerrados a Dalmacio Portillo y Antonio Munive, tesorero y síndico respectivamente. Allí encerrados, explicaron que el cheque para el pago de los trabajadores ya está listo, pero sólo necesitaban la autorización del presidente, del tesorero y del síndico, en cuanto estuviera ese requisito lo harían válido hasta el lunes.
Todos estuvieron de acuerdo, esperaron a que llegara el cheque. Llegando el tan esperado papel, que arribó en manos de Silverio Flores, funcionario destituido en cabildo, la gente solamente se tenía que poner de acuerdo en manos de quién se iba a quedar. Pero no se ponían de acuerdo, hasta notario iban a llevar. Esto sucedió a entre 9 y 11:30 de la noche.
Por fin se quedó en resguardo de Antonio Munive, quien se comprometió a pagarles el lunes. Todo esto lo dejaron escrito en un acta, donde quedaron de acuerdo los representantes de trabajadores y los presidentes de comunidad, así como los regidores, tesorero y síndico. 
El famoso cheque es de $857.000.00, todo para la nómina, pero las quincenas pasadas era de $1'075,000.00, diferencia monetaria que la usaban para sustentar aviadores y familiares. Tal vez por eso no lo soltaba Silverio, tenía órdenes de entregarlo en manos seguras, de quien no se lo fuera a robar. También por eso llegó con una escolta de policías, quienes llegaron armados y sembraron miedo en los manifestantes, al grado de pedir una explicación por su presencia.
Ya a la media noche, solamente habían 6 presidentes auxiliares, quienes salieron a recibir a los coordinadores de Rosalinda y les entregaron el Palacio Municipal en forma pacífica.
Por Jorge E. López

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