05 diciembre 2017

SI PERSISTE LA MARGINACION Y EXPLOTACION, OAXACA PUEDE SER OTRO CHIAPAS: ARZOBISPO CARRASCO BRISEÑO

Pedro Matías e Ignacio Ramírez
Revista Proceso/6 de enero de 1996

OAXACA – “El caldo de cultivo está dado: de continuar la marginación y explotación de las clases más desprotegidas, Oaxaca puede ser otro Chiapas”, dice el arzobispo emérito de Oaxaca, Bartolomé Carrasco Briseño.

Entrevistado en sus oficinas del Santuario de Guadalupe, de la ciudad de Oaxaca, reflexiona sobre las condiciones de dolor y miseria de la población.

“Debemos retomar el espíritu de fe y acompañar al pueblo para no dejarlo morir Que el indígena sea sujeto de su propia historia.”
Carrasco Briseño dio la voz de alerta la semana pasada, al hablar de la posibilidad de otro levantamiento armado, aquí en Oaxaca, como el del Ejército Zapatista de Liberación Nacional en Chiapas.

“En la época en que nació el Señor Jesús —dice ahora—, Israel vivía bajo el ‘neoliberalismo’ del Imperio Romano. Los judíos tenían que pagar contribuciones onerosas al Imperio Romano, como México tiene que hacerlo al imperio estadunidense, para pagar los réditos de la deuda externa, y sufrir la vejación del sometimiento de los vencidos.
“Igual cosa sucedió cuando se consumó la conquista española: nuestros antepasados indígenas tuvieron que soportar la esclavitud. Aún la fe que nos fue traída por gracia de Dios, no siempre fue inculcada en una forma respetuosa de los derechos humanos ni siempre salvaguardaba la dignidad de las personas.” Todavía se está lejos de ello, señaló.

Luego de censurar a la presente administración por continuar con el sistema neoliberal, se pronuncia por un cambio estructural de un sistema injusto para millones de mexicanos, “a un sistema en que pongamos como centro al hombre redimido por Cristo.”

Afirma que, desde que Carlos Salinas de Gortari andaba en su campaña por la Presidencia de la República, habló con él sobre la extrema pobreza en que viven los indígenas oaxaqueños y le mencionó el problema del narcotráfico, que los obispos de la región Pacífico Sur habían expuesto en una pastoral.

—¿Qué le respondió?
—"Hay mucha corrupción, hay mucha corrupción, ¿verdad?", fue todo lo que dijo. Nunca hizo nada.

Al comentarle que su posición es similar a la del obispo Samuel Ruiz en Chiapas, por la que fue agredido, Carrasco Briseño expone que actuó conforme al Evangelio.

“Ojalá y todos hiciéramos lo mismo. Y si esto puede generar o servir de pretexto para hechos ilícitos o un levantamiento armado, es un riesgo que se tiene que correr. Pero, por experiencia, la conciencia cristiana tiene que tomar en cuenta esta experiencia, para que no haya motivo a que un día nos tachen de que estamos fomentando cuadros rebeldes.”

Señala que, para este año, “es de prever un empeoramiento de la situación de nuestro pueblo pobre”, cuando al Santuario de Guadalupe llega el párroco de Teojomulco, Wilfrido Mayrén Peláez, quien denuncia las arbitrariedades de que son objeto los pobladores del lugar, incluido él mismo, por parte de soldados.

Acusado por las autoridades de ser un “cura guerrillero”, el sacerdote recuerda cuando, recientemente, fue detenido por los soldados, quienes, además de interrogarlo, lo amenazaron.

“Me preguntaban sobre armas o grupos armados, y me pedían todos mis antecedentes. Les respondí que las únicas armas que tengo son la Biblia y el Evangelio. Antes lo acusaban a uno de comunista o rojo, pero ahora el mayor delito que argumentan es que sea uno zapatista.”

Mayrén Peláez añade que lo que sucede es que “anteriormente los indígenas estaban jodidos; hoy, siguen igual, están jodidos, pero con mayor conciencia. Y esto no se perdona en un sistema tan injusto como el que vivimos en México.”

Respecto de la militarización y la represión en las comunidades indígenas en Oaxaca, el párroco las atribuye a un plan preconcebido del gobierno, pero se pregunta: “¿Cómo atajar una eventual revolución?”

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