Por Jorge Esteban López García
Donde antes era un bonita recepción, ahora es una moderna entrada para el antro que hicieron en la azotea del Museo de Arte de Tlaxcala (MAT). Donde antes te anotabas y veías souvenirs sobre Tlaxcala, sobre arte, sobre el MAT, ahora ves a un tipo que te pregunta a qué vas a subir. Donde antes había una sala de exposiciones alterna a las principales, donde había una biblioteca y de repente hacían talleres o reuniones sobre arte y cultura, ahora hay cubículos a los que tienes que pedir permiso al cadenero del antro para entrar, hay una barra y seguramente una cocina, hay el inicio de lo que fue inaugurado como antro y ahora llaman restaurante bar. Donde podías ver edificios históricos sin una cabina de sonido, sin calentones, sin mesas y sin sillones modernos, sin pantallas, sin una techumbre que destroza la imagen del Centro Histórico de Tlaxcala, ahora podrás ver jóvenes adinerados diciendo "¡Salud!" y bailando sobre una azotea que debería merecer el respeto de cualquiera, hasta de Lorena Cuéllar Cisneros y de Antonio Martínez Velázquez.
A pesar de que a partir del mes de diciembre reabrió el Museo de Arte de Tlaxcala con tres salas más y con la exposición de la obra de importantes pintores para la historia del país, no ha dejado de estar en el ojo de quienes apreciamos la historia y arquitectura del Centro Histórico de Tlaxcala.
Abrir un antro en tan emblemático edificio, que fue cárcel y hospital en algún momento de su existencia, y que ahora alberga al museo más importante del estado, significa faltarle al respeto a la cultura e indica que si soy autoridad puedo hacer lo que se me dé la regalada.
Estaba pensando en que próximamente, haciendo sinergia con el pensamiento moderno y antiguo, proponer a Lorena Cuéllar que el Salón Rojo sea café-bar Los Murales, la esquina de la Secretaría de Turismo de Tlaxcala sea Pulquería La Escondida y el Palacio de Cultura Sanborns "El Mirrey", para ir apuntalando la 4T tricolor en Tlaxcala e irle dando sabor al caldo.
No hay que decir más, sólo lo necesario. Este negocio fue hecho para contradecir todo lo dicho en campaña y después de campaña. Fue hecho para demostrar que es más importante el negocio que la cultura de nuestros pueblos (en un folleto del mismo negocio dice y contradice lo que se supone quieren hacer con este antro). Lo único bueno de todo esto es que en el edificio contiguo abrieron otras tres salas de exhibición.
Todo esto fue a partir del 4 de febrero del presente año, un día después de que la gobernadora del estado publicara un decreto en el que se pedía cerrar bares, evitar aglomeraciones, no vender bebidas alcohólicas y otras órdenes que ayudarían a limitar el Covid-19. Acá la otra y principal contradicción es que la misma Lorena Cuéllar fue quien inauguró este antro que ahora se llama Restaurant Bar "La Terraza" y está encima del museo de arte más importante de Tlaxcala y al que ahora tienen que retirar una cadena para que puedas pasar.
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