06 diciembre 2023

Opinión Política

 Por Jorge Esteban López García

Como cada temporada de elecciones, como cada inicio de campañas "políticas", lanzo la pregunta: ¿Qué es Política?

Hablar de esto es muy costoso, porque te cierras o te abres puertas, porque es difícil provocar pensar y reflexionar, pero es necesario.

Nunca hay una respuesta más o menos cierta, porque todos creen que política es caminar y tocar puerta por puerta y susurrar oído por oído, y no. También creen que es sentarse en una silla y dirigir la orquesta desde allí. O tienen la idea de que hacer política es prometer y soñar; un ejemplo es cuando Xóchitl Gálvez dice que su sueño es hacer de México un país de clase media, pero la política no es soñar, tampoco es inscribirse en un proceso electoral y tomarse fotos, mucho menos es ser dadivoso y sentirse el mesías.

Y vuelvo a lo mismo, a la crítica de siempre y en el contexto local, es decir, de Tlaxco, Tlaxcala. Todas las personas que ya levantaron la mano para los diferentes puestos (sin mencionar nombres, porque muchos se enojan de ser criticados, porque muchos creen que su forma de pensar es la mejor, porque muchos no están dispuestos a ser cuestionados por sus ideas, porque muchos ni siquiera saben escuchar, etc.), entonces, sin mencionar sus nombres, diré lo que pienso.

Parece que ninguno de los que levantó la mano tiene idea de lo que es hacer política. La política es un oficio, es un arte, es una forma de vida. Pero como todo en este mundo, nos han cambiado la concepción de este concepto y estos personajes que buscan un lugar en la presidencia o en el congreso local o federal, etc., no tienen la culpa de esta equivocada concepción, porque tienen que seguir ese discurso y usarlo para convencer y estar a la moda. Y está bien, porque la nueva concepción de política exige vender, vender, vender a costa de lo que sea. No importa que vendas promesas de hacer el puente donde no hay río, lo que importa es que te crean; venderles esa promesa e idea.

Suena interesante, parece que lo han logrado, pero no 'al cien', porque en las elecciones pasadas para presidente municipal muchos candidatos ya tenían compradas voluntades, creían que sus promesas ya habían sido compradas, y no, el mercado es volátil. Entonces resultaron perdedores. Aunque también pierden porque ya no encuentran la forma de persuadir y convencer y han provocado que las elecciones aumenten su costo cada período, pero no con ideas, propuestas o proyectos, sino con dinero.

Y entonces la responsabilidad y la culpa de la situación actual de los pueblos no sólo es de quienes salen a buscar el voto y logran el puesto, no sólo es de aquellos que cuando andan pidiendo o comprando el voto son respetados y ya en la silla son los culpables del fracaso del gobierno. También es de quienes votaron y defendieron a capa y espada al candidato, esperando ser beneficiados con una "despensa" temporal, ya sea porque no lo impulsaron, apoyaron e insistieron en cumplir sus promesas, o sólo porque les interesaba el beneficio propio.

Por eso insisto como muchos politólogos, es necesario saber qué es Política, Gobierno, Justicia, etc., para que no creamos que por el hecho de poner en la mesa unos billetes ya son derechohabientes a dirigir un pueblo o a ser beneficiarios de una ocurrencia.

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