29 abril 2015

Opinión

Deberían pedir perdón los otros, como los católicos han pedido perdón por los crímenes que han cometido (que siguen cometiendo con su lastimosa hipocresía y complicidad con esos otros). 
Cuántos crímenes cometieron los españoles, los portugueses y los europeos que ambicionaron la riqueza del Nuevo Mundo. Exterminaron muchas culturas y ahora, los otros, los pocos que concentran el poder y la riqueza, continúan con ese plan.
Carlos Slim, libanés-mexicano, tiene en su poder la mina de oro de Tetela de Ocampo, Puebla, la que puede explotar con el permiso del gobierno, dañando (como sucede en las minas de Sonora o Michoacán o Guerrero o etc.,) al planeta (por lo tanto, al hombre). Lo bueno es que que muchos habitantes de esa región poblana se manifestaron en contra, lo malo es que el gobierno 'apapacha' lo que esos otros, muy pocos, quieren.
Millones de muertes hubo y hay por esta ambición tan virtuosa del humano, que se ha vuelto característica hasta del pobre, pues quién no trae celular y quién no trabaja para tener el mejor celular, aunque solo sea para jugar. 
Millones de muertes hay para quitar estorbos. La pobreza se vende, se compra, como ahora en México, donde las elecciones federales 2015 traerán millones y millones de pesos para los pobres, que sólo servirán para 2 días y para seguir quejándose del país y de los políticos. Estas elecciones serán las más costosas de la Historia de México, si no, pregúntenle al candidato del 2018 cuánto le costará ser candidato y, luego (si el pueblo de México es igual), cuánto le costará ser gobernante.

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