Por Ricardo Fernández de Lara
DON FLAVIO ZAMORA ZAMORA
Nos contó que una noche llegaba al pueblo donde como no había energía eléctrica, reinaba la oscuridad.
Entonces unos bandoleros venían siguiéndolo. Al darse cuenta de esto don Flavio, rápídamente sacó de entre sus bolsas una cajetilla de cigarrillos y que se pone a colocarlos en los troncos de los fresnos que había en los árboles del parque municipal. Los encendió y cuando los malandrines llegaron al centro al ver tantos cigarros encendidos pensaron que se trataba de mucha gente que estaba ahí y que hechan a correr de regreso.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario