Por Quijote.
En días anteriores tuve el gusto de encontrar en YouTube una rutina de hace años de Jesús Martínez “Palillo”, cómico mexicano precursor de la comedia política y la critica a las esferas del poder. En su biografía, leí hace tiempo que nueve veces ingresó al “bote” por las múltiples críticas que hacía.
Solía llamar a los políticos que eran una bola de “Pulpos chupeteadores, esdrújulos, malnacidos, logreros, saqueadores, archipiélagos, cafiaspirinomicos, pentagráficos, sanjuanpenetranescos,” Lo cual me parecía una ofensa bastante rebuscada pero muy limpia y alarmante. Una de sus frases más famosas de los políticos mexicanos es que “Si mandamos a un político mexicano -de la calidad moral de esos desgraciados- a administrar el desierto del Sahara, en quince días iba a haber escases de arena..." Dejé de reír cuando volteé a ver al primer mandatario municipal.
Él no puede ser el responsable de todas las desgracias municipales, me queda más que claro, pero tampoco marca un rumbo que seguir. Si implementar un programa, una dinámica o un proyecto y el pueblo no acude o apoya, entonces es responsabilidad del pueblo. Pero si tú en tu proyecto de gobierno no marcas el rumbo a seguir, entonces es justo la critica con fines constructivos y que se postule una persona que sí tenga el equipo y los conocimientos y que no sólo viva de buenas intenciones y presumir que también es pueblo.
Y ya sé que la cantaleta de sus defensores, que, por cierto, si no son familiares, si no cobran nómina o reciben un beneficio del ayuntamiento, o desconoces de las atribuciones y funciones de lo que es la administración municipal, veo difícil que tengas reales argumentos para poder defender la actual administración municipal. Siempre las malas administraciones son un conjunto de responsabilidades compartidas, de un Cabildo mudo o ausente, de coordinadores y directores complacientes y de un presidente mesiánico.
"Peeeeeero", y aquí es donde está el meollo del asunto o el hilo negro, si juraste y perjuraste en campaña que tú conocías todos los problemas y sus respectivas soluciones, que conseguirías trabajo, crecimiento económico, turismo y, casi casi, regalarle el tesoro de Cuauhtémoc a Tlaxco, es justo que al ver un pueblo inconforme, éste te exija la falta de cumplimiento a tus promesas, aunque por desgracia la gran mayoría sólo lo hacemos por medio de las redes sociales, esperando ansioso el día de elecciones para hacerle pagar al que sea maldecido con el nombre de “el candidato/a del presidente saliente”.
Y claro, vemos los trabajados de servicios municipales, los bacheos, reparaciones, pintura en muros, cornisas y banquetas, pero seamos francos, el municipio debería de realizar obras y eventos de impacto, esas obras, aunque de primera necesidad, solo demuestran la falta de compromiso de los presidentes de comunidad, pues hasta ahora solo se ha visto que esas obras vienen de la mente e ideación de nuestro primer ciudadano y presidente municipal.
Hace 28 años que “Palillo” falleció, aunque a mi parecer, ojalá Dios lo tenga en su santa gloria para hacerlo reír con las desgracias de la política mexicana, con nuestro paisano y Presidente Municipal, se hubiera dado vuelo para más de una anécdota o chiste, pero ojalá en los 2 años 2 meses me callen la boca, por qué créanme que para mí es más importante que a Tlaxco le vaya bien, que tener la razón y saber que la administración de nuestro querido municipio no está “Ok”.
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